Una vez pasada la primera prueba de estas oposiciones, nos queda lo que para muchos es lo más difícil: defender en una exposición oral nuestra Programación y Unidades Didácticas. Si aprobar el primer examen te abre las puertas al sistema y a entrar en la bolsa de trabajo, en esta segunda prueba es donde se consigue la plaza. Por muy buena nota que tengas en el examen escrito, no conseguirás aprobar el proceso selectivo (o lo tendrán al menos francamente difícil), si no haces una buena exposición. Aquí te damos algunas claves para que afrontes la presentación y defensa con garantías.
En una presentación de este tipo, es necesario pulir todos los detalles de tu exposición. Todos son importantes y cumplen su función. Desde tu indumentaria hasta el tono de voz, el uso de la pizarra o el contenido que estás defendiendo. Sin embargo, toda presentación tiene varios momentos críticos, siendo uno de ellos el momento en que entras en la sala para exponer tu defensa. Desde que pasas la puerta estás dando información al tribunal: cómo te mueves, si saludas o no, si sonríes, tu ropa, los accesorios que llevas contigo,… Esa será la primera impresión que tengas sobre ti. Cuídala. No tendrás una segunda.
Hay quien defiende que los primeros 15” son cruciales para tu intervención. Que es ahí cuando, quien te va a escuchar, se va a formar una idea preliminar de ti. Y la primera impresión es difícil de cambiar.
Una vez que el tribunal se ha formado una idea de ti, antes incluso de que empieces a hablar, todo lo que hagas o digas después se va a ir acomodando a esa idea preconcebida. Es lo que se denomina efecto Halo, muy relacionado con el Efecto Pigmalion o autocumplimiento de la profecía.
El Efecto halo es un sesgo cognitivo por el cual la percepción de un rasgo en particular influye en la percepción de los rasgos posteriores en una secuencia de interpretaciones. Partiendo de un rasgo concreto, se generaliza esta idea positiva o negativa a otras características que realmente no tienen por qué estar relacionadas con la primera. Este mecanismo es fundamental, porque el efecto halo da una importancia crucial a las primeras impresiones. Hasta tal punto que, en ocasiones, la siguiente información es en gran medida despreciada o completamente reinterpretada.
Esto no quiere decir que si no causas una buena primera impresión el tribunal no te va a valorar como debe. Pero posiblemente obtendrás mejores resultados si cuidas los detalles desde el principio.
Todo discurso se asienta en tres pilares básicos: Contenido, Diseño y Exposición. Si desprecias alguno de ellos o simplemente le das muy poca importancia, el resultado final se resentirá. Trata de equilibrarlos.
Cuando tratamos de dar un discurso expositivo, normalmente tendemos a ponernos a nosotros mismos en el centro de nuestra charla. Nosotros somos los que hemos confeccionado la Programación y las Unidades, por lo tanto nadie como nosotros para explicarlas y resaltar sus virtudes. Queremos aprovechar esta oportunidad para dar la mayor cantidad de información posible y hacerlo lo mejor que podamos para que el resultado esté repleto de datos, cifras, autores y conceptos.
Sin embargo, esta postura deja de lado algo fundamental. Necesitas conectar con tu tribunal. Necesitas que vean algo en ti que les haga interesarse por tu discurso. Y eso solo lo conseguirás si partes del lugar correcto. Tú no eres lo más importante, lo son ellos/as. Cuando pongas al tribunal en el centro y trates de ponerte en su lugar, entenderás cuáles son sus necesidades.
A partir de ahí, podrás buscar la manera de encontrar un terreno común entre lo que sabes y lo que ellos necesitan escuchar. No se trata de demostrar lo importante que eres, sino de hacerles ver lo importantes que son ellos/as.
Teniendo en cuenta las características de este proceso selectivo, en muchas ocasiones, tanto en el primer examen como en la exposición y defensa de la Programación y Unidades Didácticas, los tribunales corrigen restando. Es decir, se parte del 10 y se va restando según los ítem que van encontrando o no en tu exposición. Por lo tanto es necesario tener muy claro qué es lo que debe tener tu presentación y qué es opcional. Una pista en este sentido nos la proporciona la propia orden de convocatoria del proceso selectivo.
Léete sin prisa las características de las fases, del material que tienes que entregar y los aspectos formales del mismo. Por ejemplo, si la programación debe contener un mínimo de 12 unidades didácticas, el hecho de no cumplir este requisito será motivo de suspenso de manera automática.
Además de las especificaciones técnicas, antes del examen la administración suele hacer público un documento donde aparecen los indicadores de evaluación y calificación de las pruebas así como las penalizaciones correspondientes. No hace falta decir que debemos ceñirnos a ellos escrupulosamente.
Por último, los tribunales suelen tener a su vez una plantilla de evaluación que les facilita tu trabajo de corrección y calificación. En ellos, aparecen aspectos tan relevantes como el uso de un vocabulario específico y actualizado, forma de exponer o el manejo del tiempo.
Cuando centramos nuestro trabajo en exceso en el resultado, podemos ser presa de la ansiedad, el nerviosismo o los bloqueos. Según Breck Costin, terapeuta conductual y coach, si te centras en el proceso en lugar de en el resultado, adquirirás la libertad suficiente para actuar siendo tú mismo/a.
Y esa libertad se traduce en un cambio de actitud al enfrentarte a tu exposición. Irás a la presentación no con la presión de conseguir una plaza, sino con la convicción de que tu objetivo es hacer ver al tribunal las virtudes de tu programación y unidades didácticas, lo buen profesor/a que eres o puedes llegar a ser. Si consigues ayudarles a entender tu propuesta, si los pones a ellos en el centro, tu trabajo consistirá entonces en hacer lo que realmente sabes hacer.
Y lo harás además con menos presión. Este cambio de paradigma no es fácil de realizar, pero con trabajo y ayuda es posible alcanzarlo. Si consigues llegar a este punto, la consecuencia será que ofrecerás lo mejor de ti, tu mejor versión, y por lo tanto, la mejor nota posible. Y con suerte, tu plaza.
Autentico/a: Consecuente consigo mismo, que se muestra tal y como es. (RAE).
Para ser auténtico es necesario que mires hacia adentro y te muestres tal y como eres. No hace falta fingir ser otra persona para hacer una exposición brillante. Es necesario que actúes en base a tus principios. Si lo haces, dotarás a tu presentación de un ambiente de realidad que jugará a tu favor.
Pero, ¿en qué consiste realmente la autenticidad? Diversos autores han estudiado este concepto a lo largo de los años, y muchos coinciden en que la autenticidad consiste en ser coherente entre lo que se piensa, se siente, se dice y se hace.
En tu exposición no debes decir nada que no creas realmente, porque aunque estés verbalizando una cosa, tu lenguaje corporal estará mandando otro mensaje. Parece una sutileza, pero esa falta de alineación hará que envíes mensajes contradictorios. Al tribunal le estará llegando falta de autenticidad, de manera sutil, no explícita, pero contundente.
Por ello, es sumamente importante que tanto la Programación como las UU.DD. y los materiales que presentes sean de elaboración propia. Es muy difícil defender algo que no es tuyo. Aunque lo hagas bien, nunca lo harás tan bien como si lo hubieses confeccionado tú. Lo que más te aporta defender algo propio es seguridad en tu exposición. Y esa seguridad es algo que impregnará toda tu presentación. Tu actitud en las explicaciones y las posibles preguntas estará hablando en positivo de ti.
La comunicación adopta múltiples formas. Las más importantes son:
Si tienes claro lo que vas a decir, has realizado un buen diseño de tu exposición y has memorizado todo, ahora debes centrarte en cómo lo vas a decir. Muy poco de lo que digas será inédito para el tribunal. Por eso cobra tanta importancia cómo te expreses, cómo digas lo que quieres decir.
En este sentido el lenguaje no verbal cobra una especial relevancia. Ten en cuenta todos los elementos que configuran el lenguaje paraverbal y el corporal, y trata de acomodarlos a tu discurso. El lenguaje no verbal puede ser un aliado poderoso, pero también un obstáculo insalvable. Trabaja en él el tiempo que necesites. Será la clave para el éxito de tu exposición.
Si necesita ayuda en la preparación de tu Exposición, contacta con nosotros y te indicaremos las diferentes fórmulas que te podemos ofrecer.
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